miércoles, octubre 24, 2018

Una sobre la navidad

Hace muchos años le pedí a Papá Noel una maquinita de hacer helados. Era el boom del momento, lo máximo entre las publicidades de jugueterías, o así al menos lo veía yo. Como buena golosa, no pude imaginar mejor regalo para mi, así que puse manos a la obra y le escribí la famosa carta: quiero que me traigas una máquina de hacer helados. Ahora sólo quedaba esperar.

Me lo acuerdo perfecto: era una tarde de calor en el patio de casa. Estábamos con mi mamá en la mesa de madera. Ella, como al pasar me comenta que había entrado a una juguetería y que la maquinita para hacer helados estaba agotada. Yo le dije que no era problema, que seguro Papá Noel conseguía en otro país (o en otro planeta, no recuerdo cuál era el alcance que creía que tenía Papá Noel en ese momento).

Llegó la nochebuena, se hicieron las doce y fui a buscar mis regalos. Entre mis regalos había una carta de Papá Noel para mí. Todavía me acuerdo del dibujo de gorro navideño en el lugar de la estampilla. Papá Noel me confirmaba lo que mi mamá ya me había dicho: la maquinita de hacer helados estaba agotada, y tampoco la había podido conseguir en otros países (o planetas). Parece que realmente era el boom. En cambio me traía unas cubeteras de aluminio y unos paquetes tipo Royal para hacer helado.

Algunos años después supe que Papá Noel no existía y entendí que la carta la había escrito mi mamá como forma de justificación por no haberme regalado lo que había pedido.

Hasta ahí todo bien: una tierna historia donde una niña recibe una carta de Papá Noel explicándole que no pudo conseguir el regalo que ella quería en ningún lugar del universo y en cambio le trae algo parecido.

Pero la verdad no era esa.O era esa a medias. Resulta que muchos años más tarde, hablando con la autora de la carta me confiesa que no estaba agotada. La maquinita le parecía una porquería que no servía para nada y además costaba carísima, así que me trajo unas cubeteras y los sobrecitos "que eran lo mismo".

Debo confesar que me reí, me indigné y perdí un poco de ilusión. Hubiera preferido creer que la maquina estaba agotada.

miércoles, agosto 27, 2014

Aparentemente

Aparentemente, según un test on line, yo debería ser escritora.

Aparentemente, en estos momentos, no puedo conjugar más de dos frases seguidas.

Aparentemente, estoy en un lugar que no sé cuál es.

Aparentemente, aparento.

jueves, mayo 02, 2013

Clones

Nunca me voy a dejar de sorprender cuando veo gente que podría ser yo. Chicas con ropa que yo podría usar, chicas con cuerpos que podrían ser el mío. Podrían ser, pero no son. Es ropa que yo podría tener, que podría comprarme, pero que no tengo. Cuerpos que podrían ser el mío, pero no es. Siempre en algo difieren. Las veo y no son yo, pero podrían serlo. Son clones con un pequeño error en la matrix, que las desconfigura, las hace diferentes. Podrían ser...pero no son. Y cada una de nosotras tiene que cargar con su singularidad. Podríamos haber sido una, pero somos muchas.

martes, octubre 16, 2012

Egoísmo creativo

Últimamente ahondamos sobre cuestiones personales, disculpen las molestias ocasionadas. Estamos trabajando para traerles más ficción.

viernes, agosto 03, 2012

Así estamos

Sueño que hay momentos en que no pienso en vos.

jueves, febrero 16, 2012

Revisándome

Hay días en que me despierto sin corazón. Y no me siento incompleta.

lunes, noviembre 28, 2011

Que no se note

Ella escribía en tercera persona las historias que le daba vergüenza contar.

Justicia divina

Una amiga de Niní lleva a su perro muerto en una caja de televisor para enterrarlo en un cementerio. Se toma un taxi y baja en lo de una amiga. El taxista acelera y se va. Él piensa que se lleva un televisor. Ella nunca puede enterrar al perro.